domingo, 31 de mayo de 2009

Mis Joyas en el Ático: Electra Glide In Blue, en el desierto toda alma queda al descubierto.

El cine como industria o como arte también proporciona incógnitas y misterios difíciles de comprender. Posiblemente después de Charles Laughton con su exótica y perturbada The Night of the Hunter, como hacedor de una joya de todos los tiempos y un a carrera de director inconclusa o acabada en una sola obra [Aunque se lo vincula con The Man on the Eiffel Tower que se adjudica Burguess Meredith], James William Guercio se inscribe en este paradójico club de directores de una sola obra con la notable Electra Glide in Blue [1973].

Corrían los setentas cuando el coletazo enérgico de Easy Rider [1969] de Denis Hopper había institucionalizado los films de motoristas en carretera, también vale decir, que sin proponérselo abrió las puertas a innumerables subproductos que estrangulaban el género poco a poco [Tanto se apagó que tuvo que renacer en Australia con el primer Mad Max]

Electra Glide in Blue es una ingente introspección de Norteamérica profunda sintetizada en la figura de John Wintergreen un diminuto policía de carretera en el estado de Arizona , hombre que arrastra sus miserias de Vietnam y aspira a ser una gran investigador de Homicidios. Wintergreen [Un apellido axiomático que naturaliza su personalidad] está lidiando contra su voluntad de montar su Electra Glide en soledad, siente la corrosión del desierto y aspira a recomponer su autoestima en el departamento de Homicidios, cuando lo logra encontrará no solo un caso diminuto y sin importancia como la muerte inconclusa de un ermitaño sino que forjará inevitablemente su trágico destino. Pocos han expuesto el desierto como elemento integrador del alma humana como Guercio y su pequeño policía [unas de las mejores interpretaciones de Robert Blake después de In Cold Blood - 1967 - y de su afamada serie Baretta] y pocos han construido un trip existencial y revelador dentro de un género destinado a la acción expositiva que, generalmente, olvida cualquier tipo de dispositivo espiritual. No tengo como revelar que ha llevado a Guercio abandonar la dirección cinematográfica, podemos suponer que ha vuelto a sus raíces de músico y productor musical sin embargo el film se consolida con los años como una lúcida metáfora de la desazón de una década que comienza con la dura pérdida de ilusiones lisérgicas de los sesenta.
Comienza donde termina Easy Rider, acaso es una versión mas amarga que la propuesta por Hopper, cuando aquellos que creían en las bondades del Flower Power aquí son los verdugos implacables del nuevo mandato social naciente. Electra Glide in Blue es una de las películas que mas recuerdo de aquellas matinée de doble programa de los barrios y como toda gran obra la memoria siempre se encarga de sacarla a la superficie.

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