miércoles, 25 de marzo de 2009

Recomendado: Encounters at the end of the world


La eterna búsqueda de Werner Herzog culmina siempre en un laberinto de preguntas sin respuestas, es que Herzog no concibe la realidad como un estado existencial sino como el juego de causa-efecto infinito de preguntas asociadas a un nuevo efecto. Y cuando encuentra una respuesta dentro del vulgo racionalizado no hace más que incitar, restaurar y escenificar otra razón para seguir explorando los confines del alma humana. Herzog se mueve bien en latitudes del infinito. Entre esas capas de realidades refutadas Encounters at the End of the World retrata, con y dentro de los individuos autoproclamados Of The Map un paralelo extraordinario entre la subsistencia de especies encerradas bajo un manto eterno de hielo en la Antártida y la elección del humano a capitalizar cualquier promesa de soledad y sacrificio como si se tratara de una tarea divina a cumplir con enfermiza devoción. Evidentemente no es un simple retrato de la especie humana pro heroica como sucedió con su película documento Fitzcarraldo ni de la inocencia decantada en exterminio en Grizzly Man, se trata mas bien de un fuerte principio moral.
Herzog pone el cuerpo en cada realización y cada realización es producto de una catarsis iniciatica y de un reencuentro personal e intimo con la naturaleza. Con sus propias palabras Herzog asegura: "Sería una utopia, pero con el cine trato de responder justamente dichos interrogantes sobre el absurdo de todo lo que nos rodea. Pero también busco otro tipo de gramática, imagenes nuevas, estamos rodeados de imagenes gastadas"
El sustento del relato proviene de los moradores de la base McMurdo Station cuando argumentan su posición ante el aislamiento mientras el montaje nos refiere a la fauna extravagante confinada a oscuridad permanente. Herzog es implacable, a veces con refinado cinismo, cuando ahonda en los sueños proyectuales de la gente de McMurdo, ahi se mueve y es un regocijo, nuevamente se dispone a desafiar las respuestas en un laberinto inconmensurable de preguntas igual que un cosmólogo en busca de los origenes del universo.

Proyecto Filmico: El Visitante Clandestino

Walter y Emily son exitosos profesionales y una pareja feliz. Son lo que soñaron hasta que una noche un niño herido irrumpe en su casa. El niño es parte de un proyecto experimental que Walter ha desarrollado en una corporación y que ha mantenido en secreto. Emily se siente desconcertada y a la vez traicionada en su confianza. La discución no trasciende porque esa misma noche la corporación pone en claro que Walter ya no les sirve. La pareja y el niño escapan como pueden. En el camino Walter y su esposa descubren varias cosas. Walter fue engañado, su trabajo solo fue una fachada, mientras tanto el niño ha sido entrenado para matar y son eslabones para un atentado en la triple frontera llamado Oriente Primero.

Estado del proyecto: Guión 5 Draft
Paginas:110
(c) : 2008
Solicitud de Lectura Productora: Contactos

lunes, 23 de marzo de 2009

Trailer: Let the right one in

Recomendado. Let the right one in: el regreso del género

Cuando vemos Let the right one in entramos en el terreno de la fascinación y en los confines de lo oscuro, y sin dudas , nos convertimos en testigos de un tratamiento visual y narrativo sin la opulencia de los grandes estudios pero con la consideración del cine más auténtico, aquel que se atreve a incursionar los terrenos del drama, romance, horror y humor sin perder la identidad. Otro detalle; se trata de una película sueca con 42 premios internacionales. Su director Tomas Alfredson, osa emular los patrones Bergmanianos del drama humano de dos seres en inferioridad de condiciones, uno Oskar, un niño desamparado y frágil y Eli una niña que esconde un secreto milenario y en estos días, debe sobrevivir a costa de otras vidas. Con este material, Alfredson conjura una narración pausada, silenciosa, contemplativa, perversa y contundente.
Personalmente había abandonado el género con decepción, o el género me había abandonado cuando a falta de ideas se alió con el humor. Añoraba las grandes películas del género, añoraba a Roman Polanski del pasado cuando creyó que era el momento de adaptar la novela de Ira Levin, Rosemary's Baby y a final de la fiesta de los sesenta, el hijo del demonio nacía de una parejita modelo de New York. O cuando William Friedkin asume el reto de ir mas allá con The Exorcist y nos revela que tanto puede ensañarse el demonio con una niña de trece años. Sin olvidar la contundente The Omen de Richard Donner donde el apocalipsis irrumpía en la vida moderna y un niño de cinco años nacido de un chacal se entronizaba en el mundo como el mismísimo rey de las tinieblas. Let the right one in contacta con esta trilogía al utilizar la inocencia y la supervivencia de dos pequeños seres abandonados a su suerte y condenados al ostracismo mas cruel. Al finalizar la película me reencontré con el género aunque la obra es mas que el género mismo, fascina y perdura en la memoria por mucho tiempo, tanto como lo hacen las mejores películas.