domingo, 12 de septiembre de 2010

FISH TANK: HACIA EL EXILIO MATERNAL



Por Fabián Iriarte

Si Dolan cuestionaba en su I killed my Mother la relación adolescencia-decantación maternal, Andrea Arnold explora la relación adolescencia - exilio maternal y aceptación social. Mia es una adolescente perturbada que cataliza su furia ante todo lo tangible que incomoda su paso hacia su deficiente concepto de liberación. Mia escapa sin fuga.

No está preparada porque lo que conoce es tan inaceptable como atrapante. Su ámbito la succiona. Estamos en Essex, una especie de tierra devastada que convoca solo desencanto y marginalidad socializada.


Mia no sabe como salir de la nada inconmensurable que es su madre y adopta soluciones efímeras que acompañan su despertar sexual y la ambigüedad de su transitar masculino con el test postergado de su femineidad.


Mia se obsesiona (Poco se parece al amor) con el novio de su madre para conformar su primer exilio: el psicológico.

Fish Tank transita entre la descripción de comportamiento e intenciones del cine de los hermanos belgas Dardenne y el compromiso de realismo social de Ken Loach, con este esquema Arnold justifica una crónica disfuncional que converge en la extraordinaria escena de danza ritual de ruptura final y destino entre madre e hija.
Fish Tank es el exilio maternal de cuerpo y alma, es el itinerario hacia la reconstrucción del ser.
Trailer:

I KILLED MY MOTHER: DE REGRESO A LA IMAGEN MATERNAL




Por Fabián Iriarte

¿Es el propio estado adolescente quién distorsiona la imagen materna? Xavier Dolan un debutante filmico pero no tanto en la vida real que parte de esta consigna tan compleja y reviste su juego mental desde la perspectiva de un adolescente en franca rebeldía existencial, y desde aparentemente, su propia experiencia. La consigna, asume el liderazgo, de un temprano replanteamiento de situación cuando a tal vez lleva años hacer catarsis de esa innegable bipolaridad de amor /odio.

Unos de los primeros acercamientos visuales que construye un prefacio del punto de vista de Hubert (interpretado por el mismo Dolan) es la boca de su madre engullendo en slow motion un panecillo desbordado de queso crema, acaso una visión arqueológica del paisaje interno de Hubert que convoca a un ¿motivo? para la autoflagelación.

Su madre (Una extraoridinaria Anne Dorval) está en una etapa de suspensión producto de una soledad avasalladora demarcada por el mismo ámbito que la atosiga, Hubert se potencia para castigar y castigarse en una especie de reconciliación dolorosa que lo lleva a su punto de origen.
I Killed my mother (J'ai tué ma mère )es un


viaje hacia la imagen maternal primaria, hacia la reconciliación de la conciencia y tal vez un regreso sin concesiones hacia la carnadura de la vida y la concepción purificadora.



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